
Querida María,
Hoy mi blog cumple 24 años. Veinticuatro años desde aquél primer post, escrito con torpeza y entusiasmo, sin imaginar que se convertiría en un refugio contra la vorágine del mundo online. Me hubiese gustado celebrarlo contigo, como en aquellos tiempos lejanos en los que compartíamos comentarios larguísimos, diseccionando cada idea, cada fragmento de vida que volcábamos en nuestras moradas digitales.
Pero, María, ya no te encuentro. ¿Dónde estás? ¿Dónde han quedado esas charlas interminables sobre internet y lo que creíamos iba a ser una revolución, sobre cómo la web nos hacía sentir parte de algo más grande, pero también pequeño, íntimo? Tu blog está inactivo desde hace tiempo, y tus redes son como un eco difuso, perdido entre anuncios y publicaciones que ya no llevan tu esencia. Me pregunto si también te has cansado de ese ruido constante, de la presión de mantener una presencia digital que cada vez nos pertenece menos.
Me aferro a la idea de que, tal vez, estés ahí, al otro lado, leyendo en silencio, como quien hojea un viejo diario lleno de recuerdos. Me gusta pensar que, en algún rincón de tu vida, guardas un espacio para esas cosas que nos hicieron felices: el aroma del café mientras escribíamos, el cosquilleo de ver aparecer un comentario nuevo, la emoción de descubrir un blog fascinante, entre enlaces compartidos, para añadir a nuestro blogroll.
Hoy he releído algunas de nuestras conversaciones antiguas. Hablábamos de todo y de nada, de la vida misma. ¿Recuerdas cuando debatíamos sobre si escribir en primera o tercera persona? Al final, decidimos que lo importante era simplemente escribir, sin pretensiones, con el corazón. Ahora, en esta era de reels y contenido efímero, echo de menos esa autenticidad.
María, si aún estás por ahí, si de vez en cuando navegas por los rincones de la web que no han sido devorados por los algoritmos, escríbeme. O mejor aún, resucita tu blog. Dame una señal, aunque sea en forma de entrada breve, de esas que dejabas cuando no tenías mucho que decir pero igual querías estar presente.
Hoy brindaré por estos 24 años, y por los recuerdos que compartimos en esta red de enlaces y palabras. Quién sabe, quizás dentro de un año, cuando Blogpocket cumpla un cuarto de siglo, pueda escribirte contándote que te encontré, que estamos aquí de nuevo, intercambiando palabras como siempre.
Con cariño,
El lunes próximo publicaremos, en la newsletter, la edición 2025 del ebook conmemorativo del 24º aniversario «Blogpocket, la locura de los weblogs dentro de uno». Pero puedes acceder ya a la versión online.
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La imagen de este post fue generada mediante la IA de ChatGPT. El texto fue coescrito con ChatGPT. María es un personaje inexistente imaginado por mí.
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